Las benzodiazepinas se utilizan para el tratamiento de la ansiedad, el insomnio, ataques de pánico y contracturas musculares entre otras cosas. Incluyen medicamentos como el alprazolam, diazepam, lorazepam, lormetazepam, clonazepam, bromazepam, etc. Algunas de las marcas más conocidas para estos fármacos incluyen xanax, tranquimazin, valium, rivotril, orfidal, lexatin, etc.

Las benzodiazepinas actúan en los receptores GABA (ácido gamma-aminobutírico) a nivel del sistema nervioso central para potenciar la acción inhibitoria mediada por el GABA. El efecto neto es sedante, ansiolítico y relajante.

Según las investigaciones de Robert Whitaker reveladas en su libro Anatomía de una epidemia, “en la década de 1980, las autoridades médicas gubernamentales de los Estados Unidos y el Reino Unido llegó a la conclusión de que las benzodiazepinas era adictivas y no deben utilizarse a largo plazo. Los estudios mostraron que las personas al retirarse las drogas a menudo experimentan mucho mayor ansiedad y otros síntomas preocupantes. Pero si la gente toma a largo plazo las benzodiazepinas, puede conducir a peores grados de ansiedad, deterioro cognitivo, y el declive funcional.“

Es muy difícil dejar este tipo de medicación tras su uso crónico, especialmente tras más de un año de tratamiento. Las benzodiazepinas inducen un cambio estructural a nivel cerebral que puede ser irreversible. Entre más tiempo se tome la medicación, más cambios en el cerebro y menos probabilidades de poder suspender el tratamiento. A muchos les ha resultado completamente imposible dejar la medicación. Lo peor es que dentro de sus efectos secundarios tenemos los mismos síntomas que trata de paliar la medicación. Aquellos que utilizan benzodiazepinas a mediano y largo plazo, suelen presentar ansiedad crónica persistente y cambios en la personalidad. Es una de las medicaciones que nunca debería de darse de forma crónica a la ligera, mucho menos a la población infantil y adolescente.

La adicción a las benzodiazepinas varía y puede incluir:
-Somnolencia
-Pérdida de interés en actividades normales
-Agitación y enojo
-Cambios de humor
-Ideación suicida
-Ansia por la medicación
-Comportamiento de drogadicción con falsificación de recetas, búsqueda de médicos que recetan las benzodiazepinas, robo de medicamentos
-Hostilidad
-Desatender las responsabilidades, como el trabajo y la familia
-Tomar más de la cantidad prescrita
-Triturar pastillas para inhalarlas o masticarlas para que funcionen más rápido

Los típicos efectos secundarios de uno de estos medicamentos (el alprazolam o tranquimazin) incluye:
–Disminución de la producción de orina
–Hinchazón en manos y pies
–Temblores
–Convulsiones
– Visión borrosa o doble
–Pensamientos suicidas
–Pérdida de memoria
–Rápida pérdida de peso
-Ictericia
-Mala digestión, estreñimiento o diarrea
-Palpitaciones

Incluso si está usando el alprazolam como indicado, se puede experimentar efectos secundarios y se puede desarrollar tolerancia o dependencia. Los efectos secundarios del uso del alprazolam son aún más peligrosos cuando se mezclan con otras drogas. El alcohol, la marihuana y otros medicamentos recetados pueden interactuar con las benzodiazepinas de manera negativa.

Además de los síntomas físicos, las benzodiazepinas pueden causar una variedad de síntomas mentales y emocionales que incluyen:
–Desorientación
–Confusión
–Alucinaciones
–Pensamientos dispersos o no cohesivos
–Angustia extrema
–Pensamientos suicidas
–Agitación

Un gran estudio ha relacionado varios fármacos ansiolíticos y somníferos a un mayor riesgo de muerte. Durante más de siete años, los investigadores siguieron a 34.727 personas que retiraron recetas para medicamentos ansiolíticos como Valium (diazepam) y Xanax (alprazolam), o para dormir como Ambien (zolpidem), Sonata (Zaleplon) y Lunesta (Eszopiclona), comparándolas con 69.418 controles que no lo hicieron. Después de ajustar para una amplia variedad de factores, los investigadores encontraron que las personas que tomaron los medicamentos tenían más del doble el riesgo de muerte. El estudio aparece en línea en BMJ.

En vista de estos datos tan negativos, me resulta gratificante reportar que una correspondiente logró suspender el alprazolam tras años de su utilización con un programa terapéutico integral.

La correspondiente tiene antecedentes de hipotiroidismo y tras llevar varios meses con lugol, logró bajar la dosis de la levotiroxina (tratamiento para sustituir la hormona tiroidea) al mínimo (50mcg). Luego, tras aprender lo maligno que puede ser el alprazolam sobre la salud mental y tras presentar problemas de memoria, inició un programa integral que incluía una dieta restringida en hidratos de carbono y suplementos de GABA en miras de suspender el alprazolam. El GABA es “el valium de la madre naturaleza” al ser un derivado de amino ácido natural y se puede conseguir en herboristería. Lo estuvo tomando por bastante tiempo y esto le ayudó a calmarse por la noche. Luego agregó tratamiento con aceite de cáñamo gotas (cannabidiol) y suplementos nutricionales con algunos minerales, vitaminas y anti-oxidantes. Para este entonces, ya había suspendido el alprazolam. A través de una clínica privada, recibió sueroterapias semanales con Gerovital, piridoxina, vitamina C, carboxilasa, magnesio, DMSO y ácido alfa lipoico. Algunos reconocerán los nombres de los nutrientes, pero a mi lo que me llamó la atención fue el Gerovital.  

Según wiki, “Gerovital (o clorhidrato de procaína y los productos conocidos como GH3 y otras variantes que, pueden o no, ser idénticas a Gerovital H3) es una preparado controvertido desarrollado durante la década de 1950 y promovido por sus defensores como un eficaz tratamiento anti-envejecimiento. Durante el apogeo de la jet-set se comentaba que personajes como John F. Kennedy, Marlene Dietrich, Kirk Douglas y Salvador Dalí consumían el preparado. En los Estados Unidos, la FDA prohibió Gerovital H3 para su comercio interestatal como un fármaco no aprobado y, desde 1982, se ha prohibido su importación.

Fue descubierto por Ana Aslan, médica del Instituto Nacional de Gerontología y Geriatría en Rumania. Los pacientes tratados con GH3 mostraban mejoras en la función circulatoria, la elasticidad de la piel, úlceras, parkinsonismo, artritis, pérdida de cabello, senilidad, mejora de la memoria y cognición, potencia muscular, capacidad pulmonar y anti-depresivo. Según los informes, casi todos los fenómenos de envejecimiento disminuyen en intensidad con el GH3…

Actualmente las preparaciones con procaína están disponibles en más de 70 países y son consumidas por más de 100 millones de personas principalmente para combatir la demencia, la senilidad y como agente nootrópico… Existen indicios que quizás mejore la memoria en personas sin trastornos cognitivos. Si embargo en metaanálisis se ha observado que existen más pruebas de efectos perjudiciales que beneficiosos, por lo que los riesgos superan a los beneficios.”

Con respecto a la procaína, “Hoy en día se usa terapéuticamente en algunos países debido a sus efectos simpaticolíticos, antiinflamatorios, potenciadores de la perfusión y potenciadores del estado de ánimo.”

A mi me resulta fascinante porque este año acompañé a mi madrina a la Clínica Swiss Medica en Belgrado para un tratamiento intensivo que incluía goteros con procaína entre otras cosas. Mi madrina se sintió inmediatamente mejor y yo aprendí más acerca de cómo se manejan casos complejos en Europa del Este.

Lo importante es que mi correspondiente logró suspender el alprazolam tras varios años sin síntomas incapacitantes. Esta tasa de éxito es muy baja y en algunos casos, imposible. Ha sido su determinación lo que la ha impulsado a tener éxito si o si. ¡En buena hora!